Alzando la mano diestra
el rey se santiguó
- Válgame san Isidoro
ese hombre se llenó de oro.
- Que escuchen mis cortesanos:
non quiero que nada pierda
este señor batallador.
- Está permitido sumarse
sin daño alguno al campeador.
(Mas ganaré con perdón
que mostrando desamor).
Doña Jimena y sus hijas
el rey sueltas se las ha
y todas las buenas damas
de cuantas ellas han.
Marcharán hacia Valencia.
Ataviadas con adornos,
de aire y castañeta son.
Acompañadas con recelos
por el mejor destacamento
monturas y aderezos van.
Ya se olvidan del convento
y van al lidiador
con herraduras de repuesto
que Burgos de Valencia
está muy lejos.