TRES

 
Azur y Muño
se dan golpes fieros
en cada escudo
traspasa Azur
del Muño propio escudo.
Pero la herida
que hace un  cobarde
no es herida.
Muño va por la vencida
atravesando  adarga
coge carne Azur
hasta limpiar el hueso.
Presta se clava la espada                                                                                  
en pleno peto
cuando el padre grita:
- ¡Por Dios,
  a mi hijo no lo mates!
  En un dos por tres
  se acabó el combate.