Vienen por la playa
sonando los tambores
Pisan la arena los redobles
y tiemblan esos muros
de Valencia la serena.
Las piedras se conmueven
dando tal retumbo
con estrépito en los muros.
Esta es la final
y llegaremos
por cual con yelmos
brillaremos.
Pisan moros
esos miles
en la arena.
Van flameando sus banderas
Se acallan los tambores
y los gritos crecen mucho;
dicen lloros,
no pendones.
Lluvia bruna oculta
el negro velo de Jimena
que la tarde mucho más enluta.
Cruzan tantas flechas
que oscurecen mucha playa
Se enredan lanzas
muerden barbas
y las mallas
mucho más
Y la corneja vuela
de mi izquierda a la derecha;
mal agüero.
Se caen los yelmos militan- tes
Se desatan los turban- tes
Y en el horizon- te
esperan flagelan- tes
navegan- tes
Llegan por el mar
esas volátiles
del augurio enceguecidas.
Llegan las saetas
cubriendo el cielo por heridas.
Más que miles
nubes de silencio en su hervidero
desbandada miserable
parpadeantes
invasivas.
¡Por Dios, por Alfonso y por España!
Sale el Cid de la ciudad
la clara
cabalgando
a cada lado van
Tizona y la Colada
centelleando.
En pisada de Babieca
con su escudo de madera
rampante ajedrezado
en campos de ancho gule
de oro y sable dibujado
un gran león
las filas va partiendo.
cabalgando
a cada lado van
Tizona y la Colada
centelleando.
En pisada de Babieca
con su escudo de madera
rampante ajedrezado
en campos de ancho gule
de oro y sable dibujado
un gran león
las filas va partiendo.
