Dixo el Cid:
- No he sido deshonrado
por el abandono de mis hijas.
Vos las casasteis rey.
Ya sabrás que hacer.
Les di dos espadas
Tizona y Colada
Denme mis espadas
si mis yernos ya no son.
Dixeron los de Carrión:
- Nos dio las espadas,
y ya que las pide
se las damos
delante de vos rey.
El rey devolvió las espadas
Tizona y Colada.
Dixo el Cid:
- Gracias a vos rey
pagado estoy
de mis espadas.
Doy una a Martín Antolinez
y otra a Pedro Bermúdez
Mas de mis riquezas
non pagado estoy.
Denme mi dinero
que mis yernos ya no son.
Dicen los de Carrión:
- Mucho pide
el que Valencia ganó
Creemos que aquí
terminó la demanda
Pero, en fin,
pagaremos,
ya que tenemos;
pero en otra jornada.
Dicen los jueces:
- Que los infantes paguen
en esto, la misma corte.
(De los tres mil marcos,
doscientos eran del rey
por su gestión matrimonial.
Toma lo que puede
cada uno y cada cual)
Llegó a la corte
mucho caballo corredor,
muchas gruesas
mulas, palafrenes,
mucha buena espada,
pero aún así
ninguno de sus bienes alcanzaba.
Dixo el Cid:
- La afrenta mayor
no se me puede olvidar.
A los infames reto
Son canes traidores.
Les di mis hijas.
¿Por qué las alejaron de Valencia
si no las querían?
¿Por qué las hirieron con espuelas
y con cinchas?
¿Por qué me descubrieron del corazón
las telas?
Quiero aquí
el ultraje reparado.