Promete el rey Búcar de Marruecos
en los arenales de Valencia
recuperar esa ciudad.
Esta vez son ciento cincuenta mil
Y a los hidalgos ya les pesa
la batalla que aún no empieza.
A los del Cid les dicen misa
armados con emblemas
pretendiendo inaugural herida.
Sale un infante de Carrión
al encuentro de los moros
procurando mostrar valor.
Rompe la columna
un moro de las filas
que dando tantos alaridos
aterra al que vuelve grupas
temeroso.
Las huestes lo celebran
con sus risas.