EL COMBATE

Tantos son los paños de escamas rotos
Tantos son los cráneos fracturando
Tantas son las lanzas ensartadas
Tantos los jirones ondulando
Tanto caballo sin su dueño
Salir a todas partes veo
trozos en las piernas
y en esa arena
las ballestas
enterradas
noto.

Los dedos separados de su guante
dando
y la tablazón de los escudos
recibiendo
pero son más los pechos
quebrantados
y de rodillas los valientes
moribundos
dejando que la sangre vaya
tan campante.

Se multiplican mis astillas
y me estremecen por la hazaña.
Van mil años solamente
y el miedo no se encuentra.