De hinojos
y a orillas del Tajo
dixo el Cid
llorando los ojos:
- Me inclino mi rey
a tus pies
mi señor natural
devuelve tu amor
a este humilde servidor.
Dixo el rey:
- Os perdono
- Os restituyo
- Os acojo
- Parte mía eres
nuevamente desde hoy.
Bajo la nube de la estepa
un dolor azul se le desclava.
Dixo el Cid:
- Agradezco tu perdón
...
y mis huestes
que están en derredor.