Y de nueve años magníficos
la adolescente dice:
- Oh, campeador campante;
si tal voz oyéramos
ganaremos las desgracias.
Sigue de largo tu camino
con tu mesnada a cuestas
que la medida del rey
es justa y la funesta
Baja el cidi la cabeza
y retorna grupas cavilando
y en la sesera agrupa
meditando.
Mas es justo el indicar
que El Cid era un mercader
aventurero y gran pedante.
¡Hombre,
era un gobernante!