Entrando a la Valencia ,
la clara, mayor y la serena
van los infanzones de la herencia,
y los de carta
montando en propia plata
Y a caballo propio
codiciado
a raudal de oro caballeros
largamente ambicionado.
Cantan los vigores.
Vibran al gozo
de alabanzas
en lo alto del alcázar.
Cantan “ Valencia “
a maitenes tañendo
y coronando el almodóvar.
De sus pulmones
sobre la tierra perfumada
bufan los tambores.
Recorre el cidi
largamente la mirada
del ancho mar
hasta las huertas conquistadas.
El más rico de los reinos
ha caído sin auxilio
y pertenece al nuevo rico.
Los amantes de Valencia
que eran simples;
ahora son complejos.
Los amantes que eran ricos
ahora están lejos.