EL REY PIDE AL CID SUS HIJAS PARA LOS INFANTES

Al otro día mañana
así como salió el sol
el obispo la misa cantó.

Non lo tardó el rey
al ver que todos juntados son:

- Que escuche la tropa
  mis condes e infanzones;
  otorgarlas Cid,
  a vuestras hijas me refiero,
  Doña Elvira y Doña Sol
  a los infantes de Carrión.
  Alégrense corazones.

- Son todavía tan niñas,
  dixo el Cid.

- La mayor es de pelo moreno
  como su madre,
  que la llamaran Cristina
  quisiera,
  Y la menor,
  rubia como yo,
  fue bautizada María.
  María y Cristina
  son sus nombres verdaderos,
  pero les dicen Sol y Elvira;
  tal vez sea por la rima
  que prefieren los cantores.

- Una es frugal y sencilla,
  franca y sincera, la mayor.
  Son espléndidas,
  non comparables
  son mis hijas...
  Pero tú eres mi rey
  dadlas
  a quien quisieras vos.

- Gracias,
       dixo el rey:
  Las doy por legítimas mujeres
  para don Diego y don Fernando
  hijos de Gonzalo
  titulados los González.

  Iguales vuestras hijas,
  vuestros yernos son iguales.
  Acepta mi consejo
  Son vuestros hijos
  Tú serás desde hoy
  su padre y su señor.