Alfonso ha ordenado al Cid cobrar tributos a Sevilla
y el Cid se ha plantado
junto al moro sevillano
contra el reino de Granada
que es protegido por Castilla.
¡Ave María!
Se han juntado
moro y cristiano
y tomando cautivo
a un tal García,
en el castillo de Las Cabras
sus barbas le han mecido.
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